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12/7/11

Daño colateral


Con esto de la mudanza el más afectado fue Garay. No entendió nada el día que nos mudamos, y nos vio pasar miles de veces cargando cosas, muebles, cajas y saliendo raudamente en el auto... para volver a la hora y media y recomenzar la carga de los vehículos. Para las 18hs, cuando fuimos por última vez a Mataura, Garay estaba con hambre, sueño, ataque de nervios y demás cosas del stress gatuno. Suponemos que presentía que en esas idas y venidas el iba a terminar involucrado.
Y así, en el ultimo viaje, antes de entregar las llaves y cerrar por última vez la casa, Garay esperaba en su cajita porta-gato (ustedes saben... esa que es de plástico, diseñada para llevar gatos de un lado al otro) dentro del auto. Los primeros 5 minutos maulló medio preocupado, pero después se empezó a calmar. Cuando paramos a cargar nafta se volvió a alterar, pensando que ya había terminado el paseo. Ni bien reanudamos el viaje Garay reanudó sus maullidos.
A la casa se adaptó bien, una vez que encontró donde dormir al sol, donde esconderse y donde afilar sus uñitas. Creo que extrañó su espacio al principio, porque en la otra casa su comida y piedritas estaban en el lavadero (que era un cuarto separado) y no en un rincón donde pasa todo el mundo, como ahora.
Lo que sí, cada vez que abríamos un auto, Garay se subía de un salto y era muy dificil sacarlo. Era como que quería volver. Y se subía a cualquier auto: vino el dueño del campo a saludar y antes de irse tuve que ayudarlo a bajar a Garay de su camioneta. Era una mezcla de ternura, bronca y culpa.
Pero eso ya pasó. Garay ya sabe en que sillón tiene que dormir la siesta, donde está la comida, por donde salir y por donde entrar a la casa y no se sube más a los autos. Quizás esto último se deba a que en uno de sus intentos de fuga, accidentalmente le agarré la cola al cerrar la puerta... pero es más lindo decir que en realidad es porque se siente cómodo en casa.

8/7/11

Mi día gitano


Como suele suceder en este blog, desaparecí por un tiempo sin que nadie supiera la razón y vuelvo, así, sin previo aviso y con una excusa o historia que justifiqué mi ausencia. Para seguir con esta tradición, paso a detallar que sucedió en mi sentida ausencia.
Como es de público conocimiento, Juan estaba buscando otro trabajo ya que nuestros jefes no sólo se separaron, sino que también vendieron las vacas, los tractores y por poco a nosotros. Afortunadamente Juan encontró trabajo cerca de Gore, en otro tambo, y ahí empezó la odisea de trámites de nueva visa, de buscar muebles, de ver que nos faltaba y de organizar la mudanza.
Por suerte, los trámites salieron bien (a pesar de algunas desinteligencias por parte de nuestro gobierno argentino), los muebles se los compramos a Smith (todo lo que estaba en la casa... y cuando digo todo es TODO, exceptuando lavarropas y aspiradora), lo que faltaba se solucionó comprándolo, y sólo quedaba la mudanza... y fue un caos.
Nos mudamos el 1 de Junio, día que se conoce como el "Día gitano". y se llama así porque ese día empieza el nuevo año para los tambos, entonces todos los que cambian de lugar se mudan... a la vez. El 1 de junio las calles, rutas y campos se llenan de autos con trailers atestados de cosas, desde camas hasta freezers; de camiones llenos de vacas; de gente con todo a cuestas entrando a una casa a la vez que de esa casa alguien sale con todo a cuestas.
Afortunadamente, la casa donde nos mudamos ya estaba vacía, y la gente que entraba a nuestra (ahora) ex casa no lo hacía hasta unos días más tarde. Pero aún así nos llevó dos autos, un trailer techado, una recarga de celular, dos tanques de nafta, 5 viajes ida y vuelta y casi 12 horas para mudar todo desde Mataura hasta Chatton Corner. Y no fue porque somos valientes, sino porque no existe compañía de mudanzas en Gore, o donde alquilar camión o símil. Así que como el caracol, lentamente y con la casa a cuestas. Y todo para despertar al otro día en una nueva casa, un nuevo trabajo y decenas de cajas, bolsas y muebles esperando su nueva ubicación, sin teléfono, Internet o diclofenac para el dolor muscular.