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30/7/10

De un año a esta parte


Hace un año atrás cargué todo lo que pude en dos valijas, y me vine a Kiwilandia. De más está decir que en dos valijas de 23 kilos cada una no entra toda la familia, los amigos, los libros, la música, la taza preferida, la ropa que no te entra pero guardas porque te encariñaste, un montón de papelitos con cosas lindas, un montón de cosas lindas que te recuerdan muchas otras cosas lindas, ni mi Zamba, mi perrita hermosa del alma.
Mi vida cambió mucho en este año... más de lo que me hubiera imaginado. Hace un año atrás la leche se conseguía en el supermercado, en sachet o en cajita, y no directo del tambo. No sabía cuantas tetas tenía una vaca. Me imaginaba a los terneros como perritos un poco más grandes, no como los animales ariscos y torpes que son. De más está decir que ni me imaginaba que iba a trabajar con ellos.
Hace un año atrás a todo llegaba caminando, en micro, remis o me llevaban en auto. Ahora manejo, porque es la única forma de llegar a la civilización. Hace un año atrás no sabía esquiar (ahora tengo la teoría). No sabía que a acquaerobics van todas señoras grandes. No sabía (ni había experimentado) que era el jetlag.
Ahora sé que un kilo de yerba o una botella de fernet pueden ser los mejores regalos. Ahora sé que la combinación embrague – acelerador es muy importante. Ahora sé que 5 cuadras, o 20 minutos de colectivo no es lejos. Que lejos es otra cosa; que lejos se siente como tristeza, no como fiaca. Aprendí que aprender es poner en práctica lo que se tiene en teoría.
No voy a decir que me acostumbré; que ya disfruto totalmente estar acá; que dejé de extrañar. Sólo voy a decir que en un año las cosas cambiaron, yo cambié, todos cambiamos. Y que de acá a un año no sé de que estaré escribiendo.