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22/11/09
Una visita inesperada
Así… de la nada… una calurosa (bah, no estaba nublada) tarde de Noviembre… él llegó. Manejaba una pequeña camionetita blanca, con un tanque cisterna atrás. Estacionó junto a los garages que no usamos, bajó del camión y empezó a levantar unos baldosones de manera rápida pero cuidadosa. El señor era hindú, de unos cincuenta años. Quizás no tantos, pero su piel oscura curtida por el sol y sus sienes blancas reflejaban años de trabajo y cansancio.
Si bien me mantengo ajena a la gente que pasa por mi casa, el hecho de que un señor desconocido esté destrozando mi propiedad, sin mi autorización y sin yo saber bien que quería, me conmovió, por lo que salí de mi aburrida tarea de vectorizar logotipos para tratar de entender qué carajo estaba pasando.
Y de pronto, me encontré sumida en una conversación con un hindú que hablaba y pronunciaba el inglés igual o peor que yo, tratando de conversar sobre la caca que había en mi pozo.
Entendí algo de una farm (es decir, granja o tambo, y acá hay dos farm por cuadra, así que no ayudaba mucho), algo de la calle, y algo de que era el pozo séptico lo que buscaba.
Palabra va, frase viene, el hindú se cansó de tratar de que yo entendiera, y se puso a buscar la tapa o lo que sea que tenga el tanque para hacer su trabajo y marcharse a descansar.
Que quedé claro: no era que yo estaba encariñada con litros, kilos o la unidad de medida que se emplee en este caso de los deshechos de mi pareja y míos, sino que temía que el señor se marchara y al otro día tuviera que pagar una fortuna por algo que ni sabía que se debía hacer.
Luego de unos minutos de quedarme junto al señor, viendo como hacía fuerza para sacar más baldosones, decidí que mi presencia era inútil, y a no ser que sacara al señor a escobazos él no se iba a ir, así que le dije algo de la farm otra vez y me disponía a irme cuando entendí el asunto. Smith lo había mandado a vaciar todos los pozos de las tres casas, y Smith era el tipo de la farm, y su casa está en la misma calle que la mía.
Le dije que ya entendía, que cualquier cosa que necesitara yo estaba en la casa, y me marché. El tipo anduvo a las vueltas un rato, llenó todo de olor a caca, y se marchó… por donde vino y como llegó: sin avisar, sin saludar y por la calle principal.
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