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29/9/09
Bs. As. - Auckland
El vuelo Bs. As. – Auckland fue bueno, aunque lo demoraron 7hs (es decir, en vez de salir a las 2am salió a las 9am). Aerolíneas Argentinas nos recompensó con una noche de hotel en Capital, con todos los gastos incluidos. Llegamos tan tarde que no pudimos aprovechar la cena, y nos fuimos tan temprano que no pudimos desayunar. El único gasto, además de la habitación, fue el de una botella de agua.
Una vez que despegamos el vuelo fue tranquilo. No dormí en las 13hs que duró el vuelo, por lo que me vi los tres peliculones: La guerra de las novias, Corazón de Tinta y DragonballZ. Recomiendo de corazón la ingesta de drogas legales para realizar este viaje… 13 horas despierto, viendo el sol siempre en el mismo lugar, es más nocivo que cualquier pastillita o gotita con efectos narcóticos.
El menú era variado, pero como estábamos medio al fondo nos tocaron unos fideos secos, con una especie de salsa de crema y jamón. En realidad era un masacote, pero el hambre era tanto que fue consumido en minutos.
Guido Süller NO estaba de azafato, así que lo más emocionante fue una pequeña turbulencia llegando a Auckland.
Bienvenidos
Bien… me ganaron por cansancio. Abrí un blog.
Para los que recién llegan, les cuento rápido. Soy argentina, nacida en Mar del Plata, mi novio es de Chascomús, y hace dos meses nos mudamos a Nueva Zelanda. Él es Ingeniero Agrónomo y yo, diseñadora en Comunicación visual (hablando mal y pronto, es como diseñadora gráfica, pero diferente). Estamos al sur de la isla sur, y llegamos acá por un trabajo en un tambo que le ofreció una Empresa Consultora a mi novio, mediante Internet. El contrato incluía una casa y me ofrecía a mi un trabajo de relevo del otro empleado dos días a la semana, ordeñando, el cual acepté ya que era una forma de empezar a ganar dinero hasta conseguir otro trabajo más acorde a lo mío (es decir, sin contacto con animales, sin bosta y con la paz de una computadora y una conexión a Internet).
Como al principio me aburría mucho, me puse a relatar nuestras aventuras, desventuras y cosas que nos llamaban la atención. Como soy diseñadora, no podía mandar un Word con mis palabras… menos aún un Power Point… así que le di formato de libro. El primer tomo fue un éxito: nuestros familiares y amigos lo leyeron y se rieron mucho, y se enteraron de nuestra nueva realidad. Pero la gente es insaciable, y exigieron un tomo dos. Hice el tomo dos… y exigieron el tomo tres. Digo exigieron porque me han mandado mails, me han escrito en mi muro de facebook y han preguntado recurrentemente en conversaciones telefónicas y de MSN.
Pero hubo dos factores que me llevaron a empezar este blog. El primero y principal fue que la “distribución” de los tomos se escapó de mis manos: familiares y amigos se lo reenviaron a otros familiares y amigos, en algunos casos ni siquiera familiares y amigos nuestros, que quizás se lo reenviaron a otros familiares y amigos…. Y así hasta el infinito. Nuestras vivencias ya eran demasiado públicas, por lo que decidí llevarlo al extremo de la vista del ojo público: escribir un blog.
El segundo factor fue que alguien le sugirió a mi madre publicar estas vivencias en un diario local. Debo admitir que fue (y sigue siendo) tentador, pero había algo que no podía asegurar: la periodicidad. Y tampoco quería estar presionada a escribir esto… son cosas que me pasan y me gusta relatar y a otros leer, así que creo que si se pierde esa espontaneidad y el placer de escribir se perdería la esencia. El blog me permite escribir cuando quiera, sin necesidad de juntar muchas vivencias.
Para los que recibieron los primeros tomos (directa o indirectamente): van a encontrar que las primeras publicaciones son las que allí estaban, quizás solo corregidas o levemente modificadas. Es para que tenga una coherencia cronológica lo que cuento, y si hago referencia a algún hecho anterior, lo puedan encontrar más rápido. A su vez, omitiré nombres, o se cambiarán otros, por respeto a todos los protagonistas que no eligieron ser parte de la historia. Por último, la cantidad de imágenes va a ser menor, y meramente ilustrativas.
Listo… disfruten de la desgracia ajena.
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